La administración departamental trabaja desde su inicio en el fortalecimiento de la atención a denuncias, así como en capacitación a autoridades y la reactivación de la Casa Refugio de Sogamoso. Ante los recientes casos de violencia basada en género registrados en el departamento, el gobernador Carlos Amaya dio la directriz de articular artividades y estrategias de prevención y atención, que serán lideradas por la Secretaría de Integración Social, en cabeza de Luisa Fernanda Martínez. Para el mandatario departamental, es una prioridad combatir este flagelo. “Vamos a trabajar duro. Así como hemos dicho que la Boyacá Grande será ejemplo nacional de desarrollo desde lo económico; también lo seremos en la garantía de los derechos de las mujeres. De nada nos serviría el progreso material si no avanzamos en este tema. Por eso, invitamos a todas y todos los boyacenses y especialmente a los alcaldes y alcaldesas para que trabajemos articuladamente y erradicamos definitivamente de Boyacá esta violencia”, enfatizó Amaya. Entre las acciones contempladas está la reapertura de la Casa Refugio de Sogamoso, un lugar seguro al que podrán acudir las mujeres víctimas de violencia y sus familias. En esta tarea trabajarán las secretarías de Salud, Gobierno, Acción Comunal, Integración Social y la Asesoría de la Seguridad Integral. Asimismo, se realizará un curso certificado a todas las autoridades con el propósito de capacitar a los funcionarios en la atención oportuna de las denuncias por violencia de género. De esta manera, se busca garantizar los derechos de las mujeres y sus familias sin caer en la revictimización, estigmatización ni demora en los procesos. "Para nosotros es clave avanzar en la articulación de una red de atención y prevención con las autoridades y reactivar el mecanismo articulador de violencias para atender los casos de violencia basada en género que se reporten en el departamento. Será un trabajo conjunto con el Departamento de Policía de Boyacá y la Policía Metropolitana de Tunja", explicó Martínez. Vivir una vida libre de violencias será un derecho, no un privilegio en la Boyacá Grande.
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